Rosario a las Llagas de Cristo.
Oración a San José.
Oración a María Auxiliadora.
Invocación. ¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia... Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla... Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo. ¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso. Amén.
Súplica a María Auxiliadora. Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos. Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad... (pídase aquí la gracia que se desea obtener). Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad. Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
BENDITA SEA TU PUREZA
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
ANGELUS.
V. El ángel del Señor anunció a María,
R. y concibió por obra del Espíritu Santo.
Ave María...
V. He aquí la esclava del Señor,
R. hágase en mí según tu palakra.
Ave María...
V. Y el Verbo se hizo carne,
R. y habitó entre nosotros.
Ave María...
V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios,
R. para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor
Jesucristo.
Oración: Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas; para que los que, por el anuncio del angel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su pasión y cruz, seamos llevados a la gloria de su resurreccion.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Bendición de María Auxiliadora.
Bendíceme oh María Auxiliadora, que tu bendición santísima
permanezca en mi noche y día,
en la alegría y en la tristeza,
en el trabajo y en el descanso,
en la salud y en la enfermedad,
en la vida y en la muerte y durante la eternidad.
¡Oh bendición de María Auxiliadora!
Dichoso quien te la pide, recibe y guarda,
Después de obtenerla aquí en la tierra
La lleve en su último suspiro
Como prenda de vida eterna.
Nuestro auxilio está en el nombre del Señor
Que hizo cielo y tierraDios te salve